¿Qué es una cubierta fría?
Una cubierta fría es un sistema constructivo compuesto por varias capas, en el que el material aislante se coloca por debajo del soporte estructural de la cubierta, dejando una cámara de aire ventilada entre el aislamiento y la impermeabilización. Esta configuración favorece la disipación del calor, impidiendo que se acumule en el interior del edificio y mejorando el comportamiento térmico global del mismo.
La clave de este sistema está en la ventilación de la cámara de aire, que actúa como un amortiguador térmico natural, reduciendo la transferencia de calor hacia el interior.
Ventajas de las cubiertas frías
- Reducción del calor interior: al limitar la transmisión térmica desde el exterior, se mantiene una temperatura más estable dentro del edificio.
- Aumento de la durabilidad: al evitar el sobrecalentamiento de los materiales, se alarga la vida útil de los elementos constructivos.
- Menor consumo energético: se reduce la necesidad de climatización artificial, especialmente en los meses más cálidos.
- Prevención de condensaciones: la cámara de aire ventilada ayuda a controlar la humedad y evitar patologías.
- Solución ideal para climas calurosos: especialmente recomendadas en zonas de alta radiación solar.
Aplicaciones comunes
Su versatilidad
Las cubiertas frías se utilizan tanto en obra nueva como en rehabilitación, especialmente en:
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Viviendas unifamiliares y edificios residenciales.
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Naves industriales y almacenes.
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Centros comerciales y edificios públicos.
Su versatilidad permite su aplicación en cubiertas inclinadas y planas no transitables, y pueden integrarse con sistemas de aislamiento térmico exterior e impermeabilización de altas prestaciones.
Consideraciones técnicas
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Es esencial garantizar una buena ventilación en la cámara de aire para evitar acumulaciones de calor o humedad.
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Los materiales deben ser resistentes al paso del tiempo y compatibles con los requerimientos del CTE.
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Es recomendable utilizar sistemas de impermeabilización de alta elasticidad y durabilidad para garantizar la estanqueidad del conjunto.
Las cubiertas frías representan una solución inteligente para mejorar la eficiencia energética de los edificios, especialmente en zonas climáticas con alta incidencia solar. Con un diseño adecuado y materiales de calidad, se convierten en una herramienta clave para reducir costes de energía, aumentar la vida útil del edificio y contribuir a la sostenibilidad medioambiental.
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